El 5 de agosto sentimos la inconmensurable tristeza del poeta ante la
 pérdida de un amigo querido: se nos fue Manuel Acién. Su muerte 
inopinada y lejana dejó en quienes le conocimos y aprendimos con él, el 
vacío insustituible de su magisterio y su bonhomía, pero su prematura 
ausencia supone también una pérdida inconmensurable para el conocimiento
 y la investigación histórica de Al-Andalus.
El profesor Manuel Acién nació en Almería en 1950, pero se vinculó 
tempranamente a la Universidad de Málaga como medievalista, junto con su
 compañera vital, la también profesora y arabista María Antonia 
Martínez. En la universidad de Málaga desarrolló una fecunda y discreta 
—como él mismo— carrera académica e investigadora. De su dimensión 
docente dan idea los entrañables mensajes que sus alumnos han vertido 
estos días en las redes sociales, con los que se despiden del “excelente
 profesor” y del recordado “campesino de la historia, ingeniero del 
pensamiento histórico, maestro de arqueólogos”.
Decía Pierre Bourdieu al pensar sobre El oficio del científico, que 
un sabio es un campo científico hecho hombre. Pues bien, Manuel Acién 
fue un sabio en el sentido pleno de la palabra. La pluralidad de su 
formación —historiador, arqueólogo y arabista— le permitió aunar en una 
única y compleja perspectiva histórica herramientas y disciplinas que 
hasta entonces discurrían por sendas académicas trilladas y autistas, 
para comprender y explicar ese periodo histórico de más de ocho siglos 
en el que existió Al-Andalus. Manuel Acién no fue el primer arqueólogo 
medievalista español, pero sí fue el primero que supo ver el potencial 
histórico de la arqueología y situarla en el vórtice de la reflexión 
histórica sobre Al-Andalus. Fue, en este sentido, el alma de una joven 
arqueología medieval, fundamentalmente islámica, que irrumpió con fuerza
 en el panorama académico español de finales de los años ochenta.
Supo ver y plantear los principales problemas históricos de 
Al-Andalus, desde su formación hasta su derrota. Pero quizá su máxima 
aportación, no suficientemente reconocida, sea su caracterización 
teórica de la Formación Social Islámica, a través de la hegemonía de lo 
privado y la preeminencia de lo urbano, en una reflexión conceptual que 
junto con los trabajos del hispanista francés Pierre Guichard marca un 
hito en el conocimiento histórico del Islam medieval. Esta perspectiva 
es crucial para comprender la compleja historia común de ambas orillas 
del Mediterráneo.
Desde su personal compromiso social con la historia y el patrimonio, 
no rehuyó nunca la discusión, y el enfrentamiento cuando tocaba: con las
 Administraciones responsables de la gestión del patrimonio, 
participando en la Comisión Andaluza de Arqueología y formando parte de 
la Comisión Técnica de Madinat al-Zahra. Él fue uno de los inspiradores 
del proyecto museográfico y científico que visibilizó esta ciudad 
califal, luchando contra las presiones monetaristas que amenazan el 
patrimonio. Nos enseñó el sentido y el valor de hacer verdadera ciencia 
histórica, un mensaje que no deberíamos olvidar.
Sin embargo, es su calidad humana la que define la inmensidad de su 
legado científico. Manuel Acién fue profesor por elección y maestro a su
 pesar. Nunca buscó reconocimientos ni liderazgos científicos. Decía 
también Bourdieu que el peso simbólico de un científico deriva del valor
 distintivo y la originalidad que sus colegas le reconocen. Acién es un 
referente y quienes de alguna manera nos reivindicamos como sus 
discípulos, lo hacemos por haber asumido libremente una relación de 
magisterio que el nunca persiguió, y que en la mayoría de los casos 
devino en una sincera amistad. El verdadero magisterio es aquel que 
otorgan los discípulos al margen de intereses académicos. Desde esta 
libertad intelectual, científica y humana, el medievalismo y la 
arqueología de Al-Andalus reconocen y no olvidan el magisterio de Manuel
 Acién.
Sonia Gutiérrez Lloret es catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante.
Extraído de la sección de Cultura de "El País", 16 de agosto de 2.013. Para ver la fuente original pincha aquí:

No hay comentarios:
Publicar un comentario