Resumen de la segunda conferencia de la VII Cita con la Arqueología

"La Málaga que vio llegar a los fenicios: colonos e indígenas desde Los Castillejos de Alcorrín (Manilva) al Barrio del Perchel". D. José Suárez Padilla, licencia en Grado. Universidad de Málaga y UNED. Subdirector del Proyecto General de Investigación: "Los inicios del urbanismo en las inmediaciones del Estrecho de Gibraltar. Excavaciones en Los Castillejos de Alcorrín (Manilva, Málaga)". 5 de febrero de 2013.

Hace algo más de 2.800 años desde el presente, grupos de colonos fenicios procedentes del otro extremo del Mediterráneo se instalaron en la Bahía de Málaga. Esta circunstancia se interpreta como resultado de una serie de contactos previos establecidos con los grupos locales en las proximidades de las desembocaduras de dos de los ríos más importantes de la región: el río Guadiaro, frontera entre las provincias de Málaga y Cádiz, y el río Guadalhorce, espacios con excelentes posibilidades portuarias. Por aquellas fechas las comunidades locales vivían en grandes poblados de tradición en la Edad del Bronce, conformados por grupos de cabañas delimitados en algunos casos por murallas. La presencia de los colonos fenicios generó importantes transformaciones dentro de los grupos locales, cambio sociales y económicos plasmados en la adopción de técnicas de origen del Próximo Oriente, como un incipiente urbanismo, basado en la construcción de edificios de planta cuadrada con varias estancias, la adopción del torno de alfarero, la metalurgia del hierro, la práctica de cultivos como la vid o el olivo y la introducción de nuevas especies domésticas, como la gallina. Por otro lado, fruto de los pactos establecidos, los colonos integraron a grupos locales dentro de sus poblados, y los productos allí elaborados alcanzaron asentamientos lejanos del interior, como Acinipo, en Ronda. Los restos de algunos de los principales asentamientos que permiten entender cómo fueron estas relaciones se ubican bajo el suelo de sitios tan populares como los barrios del Perchel y de la Trinidad, en la margen derecha del río Guadalmedina.